Se comentó en su momento: volver a utilizar la radio para explorar sus infinitas posibilidades es un lujo. El concierto ciego, a larga distancia, la música impresionista, el decibelio casero, los sonidos que nos llegan sin ver a los intérpretes, la abstracción hertziana, el altavoz como nexo de unión (diría que dichoso) entre artista y oyente, etc. Conceptos potentes, enterrados bajo estratos de día-orden, acústicos y horrores varios de la estupidez actual. Hacer un directo en la radio, sinónimos del placer.
fotos: Paloma Sánchez montaje: kino