lunes, 11 de abril de 2011

La invención de Morel

        ... las imágenes nos engañan, tergiversan nuestra memoria o, peor aún, la suplantan. Se instalan como aquellos inquilinos invisibles en el cuento de Cortázar. Pero ¿qué nos ofrecen? ¿una idealización de un acontecimiento? ¿un instante fijado desde sólo un punto de vista? ¿la acción atrapada en un bucle mecánico?    
        No. Lo que las imágenes nos ofrecen es, ya se sabe, una ilusión óptica.
Nuesto kino-amigo Pepe Ruz nos ofrece su versión del concierto del Bulevard, desde la desintegración  inicial (con las proyecciones de Decasia de Bill Morrison) hasta el final, donde el grupo vuelve al local de ensayo, el origen de todo. Entre estas marcas, sombras que se mueven, películas a punto de desvanecerse, una música nocturna y un plano fijo que parece sacado de otra época y lugar. Es decir, se muestra una ilusión.
       En el video, Kinoplatz interpreta el tema "Altavoz" y su apología de la electricidad. Desde que hay música eléctrica y amplificada, la emisión de sonidos no se produce desde los intrumentos, sino desde los altavoces. De la misma manera que el primer plano cinematográfico nos ahorró los insoportables mohines teatrales y abrió la puerta al matiz, a la respuesta muda de un gesto o la dureza de una mirada; la electricidad en música permite no que pueda sonar más alta sino que, paradójicamente, pueda sonar más baja, al límite de lo audible. Ya no hay razón para que se pierda ni un suspiro.
       Por eso, desajustados origen y fuente de sonido; y tan bajos como se desee... "escuche atentamente al altavoz".